Existen muchas formas de describirlo, de sentirlo, sabemos que todas hemos llegado a sentirlos, muchas más que otras, también tenemos los pies bien firmes sobre la tierra y sabemos que la persona amada no es de nuestra propiedad que tiene derecho a hablar con quien desee, que tiene derecho a tener sus propios amigos, su espacio que a consecuencia de estos celos muchas veces mal infundados no les damos. Pienso y siento que los celos cuando son en extremo, llegan a dañarnos en nuestra tranquilidad, en nuestra confianza, en nuestra autoestima que debe ser muy baja cuando llegamos a celar en extremo a esa persona que sólo vive para nosotras, que nos da cada día detalles del amor que siente.
Me pregunto si al tener celos con nuestra pareja, amiga, familia o nuestro entorno, nos sentimos felices. Creo que no, porque si vivimos con esa desconfianza, porque en mi manera de pensar, la persona que vive esta situación al extremo es porque tiene mucha inseguridad en su persona, en el ser que ama, no vive ni deja vivir a consecuencia de su misma desconfianza.
Déjenme contarles una pequeña historia basada en los celos sentidos.
Maritere es una señora hermosa, joven, con sus 35 años de edad, casada con un señor que no es muy atractivo en cuanto a su físico, pero eso si, bello en su interior, con una facilidad de hacerte sonreír cuando hablas con él, siempre atento, siempre con esa facilidad de comprensión, de amor que a veces es difícil encontrar en una persona, sincero y puedo estar segura que la ama, es entregado a su pareja, Marcos, siempre sincero y fiel.
Pertenecía a nuestro grupo de amigos con los cuales nos gustaba reunirnos cada sábado por las noches variando el centro de reunión. Déjenme comentarles que en este grupo habemos tres parejas y dos señoras divorciadas contándome entre ellas, solas, tomamos las copas, nos relajamos, jugamos, en fin, nos divertimos de manera hermosa, cuando existe sinceridad, unión, amistad entre las personas puedes hablar de cualquier tema, contar anécdotas, reirte, a veces bailar con el esposo de alguien sin que esto llegue a enojar a la esposa o esposo.
Pero sucedió que una noche, quizás sin pensar, Marcos prestó un poco más de atención a una amiga, bailó con ella, cosa que a Maritere no le gustó mucho, dejando salir su enojo y sus celos, se levantó y le dijo a Marcos que quería irse cuando la reunión apenas iniciaba, no le dimos importancia a ese hecho, pensamos que quizás tenían algún conflicto íntimo, o pelea entre parejas, pero la semana siguiente las cosas fueron diferentes, llegaron como siempre, pero el ya no intercambiaba igual, se mantenía un poco callado, nos causó extrañeza y preguntamos que sucedía, ella entonces, que murmuraba mucho con otra de las amigas siempre dirigiendo su mirada a la persona que había estado con Marcos, dijo que a ella no le gustaba estar con mujeres que andaban a la caza de un hombre casado y pidió que para que volviera a reunirse con nosotros esta señora tendría que irse de la casa, nos quedamos asombrados, ella dirigiendose a la afectada que no alcanzaba a comprender qué sucedía solamente dejó que las lágrimas corrieran por sus mejillas, se levantó y se fue.
Nos enojamos mucho, más cuando les enfrentamos y quisimos aclarar todo, Marcos, cobardemente y por quedar bien con su esposa, dijo que era verdad, que ella le miraba mucho y se le pegaba demasiado a la hora de bailar y que su esposa era demasiado celosa por lo que también pedía lo mismo que ella, que nuestra amiga en común no asistiera a nuestras reuniones puesto que no tenía pareja, yo enojada le dije que entonces tampoco asistiría ya que de la misma manera no tenía pareja y que me parecía triste que por celos infundados lastimaran a terceras personas.
¿Saben? cuando llegó la semana siguiente, no les invitamos y sí lo hicimos con esta señora quien fue motivo de tal humillación, ¿y se preguntará el porqué? porque la conocemos bien, sabemos como es, respetuosa, alegre, fiel con los amigos en cambio ellos basados en los celos de Maritere, él prefirió mentir que hacerle ver a ella que estaba mal y que no tenía confianza en él.
Los celos cuando son en extremos, lastiman a terceros, no podemos evitar que los sientan, pero tampoco podemos permitir que hagan a un lado a quien no tiene culpa de ello. A veces la inseguridad que dan los celos es por lo que puedan darnos, por lo que podamos obtener de la relación ya sea amor o algo más, de lo que si estoy segura amigas mías, es que debemos controlarnos, porque al final nos quedamos sin amigos, encerrados en ese mar de desconfianza e inseguridad.
Espero sus comentarios al respecto y como siempre que Dios les bendiga por ser como son y estar en esta casita virtual acompañándonos cada día, porque sin ustedes amigas nada sería igual, ni nuestras letras, ni nuestra casita, ni tendríamos ese inmenso honor que nos da el haberlas conocido.
0 comentarios:
Publicar un comentario