Durante el noviazgo, la relación parece estar salpicada de magia. No hay límites. Se ama con intensidad y se gasta con locura. A la pareja no le importa cuánto invierte en regalos o salidas a cenar.
Esa emoción culmina en la compra de un anillo de compromiso, la boda de sus sueños y una luna de miel exótica. Después llega la realidad: hay que pagar las facturas, eso podría cambiar su vida y dañar la relación.
"Las parejas deben poner los pies sobre la tierra y hablar seriamente sobre el dinero antes de hacer compromisos para toda la vida", recomienda Gail Cunningham, portavoz de la Fundación Nacional de Consejería de Crédito (NFCC).
No es necesario ser rico ni tener un buen salario, es recomendable para todas las parejas hacer cuentas claras y hablar de dinero para evitar problemas luego de comprometerse.
Cunningham dice que al casarse o vivir juntos, cada persona llega a la relación con un equipaje económico, algunos con una buena solvencia económica, otros con deudas -a veces insignificantes- o sin experiencia en el manejo de dinero.
"Por eso es importante hablarlo antes. Las diferencias económicas se deben enfrentar claramente", enfatiza la experta en finanzas.
Mabel Iam, psicoterapeuta, experta en relaciones de pareja y autora de numerosos libros sobre autoayuda, dice que situaciones como estas son relativamente normales en la pareja.
En su libro Te amo…¿para siempre?, la autora expone que toda relación es vulnerable a cambios, crisis y transformaciones.
"Una vez pasada la fase pasional [que se vive al inicio de la relación], cuando la euforia erótica se ha debilitado, las personas recuperan su carácter verdadero y surgen rasgos temperamentales habituales, que no siempre satisfacen al otro", explica, y agrega: "La mayoría de las personas, por no decir todas, tenemos algunas partes de nuestra personalidad que sabemos que tenemos que modificar, pero no nos gusta la idea".
Antes de casarse, Elsa e Israel Anaya disfrutaban de lo que tenían y ganaban cada uno. Ella siempre fue muy consciente de sus gastos y limitaciones, pero
Israel tenía todas las características del novio halagador y complaciente. Meses antes del matrimonio, Elsa había comprado una casa, responsabilidad que él asumiría una vez casados. Además, compartían una deuda de 10 mil dólares de su pequeña pero hermosa boda.
"Para él ha sido un shock, porque ahora hay gastos fijos que cubrir y salimos a divertirnos muy rara vez", explica Elsa.
Elsa e Israel tuvieron que enfrentar los primeros problemas de su matrimonio como resultado de sus finanzas.
Israel tiene su propio negocio de carpintería y, aunque es experto en lo que hace, no tiene mucho dominio en el área de administración.Según la NFCC, una de las mayores causas de divorcio son los problemas financieros.
"Actuar hoy le puede ayudar a prevenir un desastre después", expresa Cunningham.
Una opción, según el experto, es recibir asesoría financiera. Los Anaya acudieron a un consejero financiero para que los ayudara a organizar todos sus finanzas y esto los ayudó mucho.
"Antes no sabíamos cuánto gastábamos en total al mes, ahora nos damos cuenta de eso", expresa Elsa.
Póngalo en práctica
Aunque el amor y las finanzas son dos temas complicados, las parejas deben aprender a vivir con ambos y a tratar de modificar ciertas actitudes.
La psicoterapeuta Mabel Iam, señala que: "justamente, ése es el desafío de la pareja y al mismo tiempo el dulce aprendizaje que tenemos que hacer".
Para evitar que su matrimonio o unión termine con su pareja, la NFCC recomienda que ponga en práctica lo siguiente:
- Trate de hablar de finanzas cuando esté tranquilo y no se exalte.
- Converse de manera informal, la seriedad del tema, respetando la opinión de su pareja.
- Investigue la actitud financiera de su pareja. Por lo regular su actitud tiene mucho que ver con su niñez y la manera en que sus padres manejan su dinero.
- Tome en cuenta que uno de los dos va a ser el gastador y uno el ahorrador. Hay beneficios que aprender de cada uno.
- Construya un presupuesto para los dos que incluya ahorrar. Aunque los ingresos de dos parezcan más, los gastos también crecerán.
- Decida quién de los dos va hacerse responsable de hacer los pagos mensuales. Es probable que alguno sea el mejor.
- Es bueno que cada uno tenga la independencia de gastar una cantidad fija en sí mismo.
- Discuta cualquier documento legal que quiera establecer o cambiar, como un testamento o últimas voluntades.
- Fije metas familiares a largo y corto plazo.
- No se culpe uno al otro. Eso impide una comunicación fluida.
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